INVICTUS

 

La fase final del Campeonato del Mundo es la reválida que nuestra selección, tras el curso tan prometedor que ha realizado hasta llegar aquí, tendrá que pasar para poder levantar esos cinco kilos de oro para ratificar que es la mejor selección. La ilusión por conseguir el sobresaliente, la ilusión que viven todos los españoles por poder conseguir el queridísimo y añorado trofeo es enorme.

España está pasando por muy malos momentos, tanto económica como socialmente. Pero el deporte español rara vez nos defrauda. Ahora nos queda el fútbol. No existe en el mundo un espectáculo capaz de levantar tantas pasiones colectivas, tantas emociones sobre tu nación. El sentimiento hacía la Roja se lleva en el corazón de todos los españoles.

La Copa del Mundo es la nueva religión que arrastra a millones de personas en todo el mundo. La Roja es capaz de eclipsar a los nacionalismos que tanto daño están haciendo a este país. Es capaz de coser todo el territorio nacional y unir las distintas comunidades que forman nuestra nación. Ya se ve el colorido de la rojigualda por las calles y eso me llena de emoción. Es síntoma de la ilusión que se vive. El pesimismo está siendo sustituido por una oleada de autoestima. La selección es el emblema de un país sin complejos, con una nueva mentalidad de ganador que hará país y nos unirá mucho más para afrontar la grave crisis que azota a España.